¿Quien te defenderá Zapatero? ¿Quien habrá que diga que fuiste un buen presidente? ¿Quien quedará a tu lado para, sin querer adularte por su propio interés, decirte que hiciste lo mejor para el país para el que trabajaste?
Ya lo sabes. Si sigues la peligrosa línea que te has marcado a fuego, nadie. Absolutamente nadie. Ya estás solo en Europa, sólo en el mundo. Eres invitado al G-20 como la torpe mosca (cojonera en tu caso) que va a parar a la tela de una araña que te inyecta su veneno, absorbe lo que necesita y luego se olvida de ti. Tu esqueleto caerá con el tiempo, por su propio peso, por su propia falta de interés para la araña. Pero tú vas, sonriente, a todas las reuniones. No pintas nada, no ofreces ninguna solución, no aportas ninguna frase digna de mención. Sonrisas forzadas cuando llegas, otras sonrisas hipócritas cuando te dan la mano y... Nada más. Te sientas, pones cara de póker, te enchufas los auriculares, ya que no sabes inglés, y asientes de tanto en cuando. Tu cara varía de expresión según la seriedad, o no, de lo que dice el ponente de turno. Luego sales tú y todos tienen la misma cara que es mezcla de "¿que coño hace este aquí?" con un poco de "ya que ha venido, hagamos como si le prestamos suma atención". Pero tú no te das cuenta.
Estados Unidos tiene intereses en España. Francia, Alemania, Gran Bretaña, por supuesto, tienen intereses en España. Rusia los tiene. Japón los tiene. Italia también. Igual que el resto de países. Pero ahí estás tú. Un invitado a una cena que nunca llega, pero pareces ignorar que esa cena, no es que seas tú, es que es España entera el aperitivo, el primer plato, el sorbete, el plato principal, el postre, el café y las copas.
Y en España, por el amor de dios (si existe ese), por más que lo intentes, esto no es un cuento de Disney en el que los malos acaban siendo buenos o, simplemente, desaparecen. No, esto es la puta vida real y no puedes contentar a todo el mundo. Lo sabes, pero no quieres admitirlo. Y hoy le doras la píldora a Montilla, mañana a otro. Les prometes que conseguirás lo que quieren. Que bonito es escucharte.
Fuiste un buen presidente los cuatro primeros años. Empezaste a equipararnos a Europa en derechos sociales y ayudas. Al fin. Nunca me pareciste una persona que pudiese llevar un proyecto de tamaña magnitud como el ser presidente de todo un país, pero tenía mis dudas acerca de mi propia opinión. Pero empezaste a darnos cosas buenas. Ayuda para los recién nacidos (o criaturas, como quieras), cheques por esto, cheques por aquello... Pero incluso en eso fallaste. La bonanza no dura eternamente. La crisis económica te pilló a contrapié, como a todos. El problema español, fue que creíste que podías dar ayudas por doquier y que el saco del dinero no tenía fondo. Quizá se te olvidó pensar que los índices de población por edades, acercan la parte más ancha a sus últimos años de cotización, se acercan a la jubilación. Olvidaste que iban a dejar de darte dinero, iban a empezar a quitártelo.
Olvidaste también, que cada vez nacen menos niños (o cria... puta mierda), lo que representa un problema de cara al futuro, para nuestras pensiones (que no la tuya, esa está asegurada). Pero tú dabas cheques para que naciesen más y más niños. Debiste girarte un poco y mirar a Francia. No des dinero, presta ayuda. Si una pareja no tiene hijos, en una buena mayoría de las ocasiones (cuando la economía va como toca), no es por falta de dinero, sino por falta de tiempo que dedicarle a su hijo. En Francia existe la figura de una persona, asistente social, que acude a casa de quienes acaban de tener un hijo, sin importar que sean más o menos ricos (¿ves? Sin distinciones, como debe ser), cuatro días a la semana, ocho horas cada día. No tiene ninguna obligación concreta. De hecho, puede que ni vea a ese bebé durante el tiempo que dura su servicio. Pero ayuda en casa, a cocinar, a comprar, limpiar, planchar, lo que sea necesario. Eso sí que ayuda. No ayudan 2.500€ (que sólo en pañales van a volar en un par de meses) cuando la economía va bien, cuando hay empleo. Ese dinero ayudaría ahora. Si no te hubieses pulido los fondos, claro. De nuevo, erraste.
Todas esas medidas que llegan hoy, son medidas que debieron nacer mucho antes de la crisis. Pero al no existir esas medidas que ahora quieres implementar, las que de verdad nos ayudarán (no cuento las de las reducciones de sueldos y pensiones, eso es deleznable, despreciable y déspota, además de muy poco socialista), has conseguido que nuestra crisis no se reduzca a una simple crisis económica, de la que se sale con mayor o menor facilidad, según la valía de los gobernantes, pero no se está en ella durante ya tres años. Has creado una crisis financiera de primer orden.
Mira Zapatero, si sabes algo de pesca, sabrás que los gusanos que se utilizan para pescar, van variando. De razas, de alimentación, de tamaño, de tiempo de crianza... ¿Porqué hacen eso? Te preguntarás. Es sencillo. Si aquí hay dos tiendas que venden carnada y los peces de aquí pican, poco a poco evolucionan y reconocen ese alimento como dañino, puesto que mueren. Así que se va variando ese alimento y nunca se acostumbran.
Y así es el mundo, evoluciona, cambia. El mundo capitalista es un pescador de primera, conoce todas las leyes del sedal. Muta y transmuta sin aviso previo, hoy tiene una tendencia, mañana otra. Cambia, vuelve a cambiar, utiliza un anzuelo más pequeño, luego otro más grande, cambia de lugar desde el que echar la caña. Pesca en la orilla, pesca a doscientos metros de la orilla, no deja que el pez sepa cual será el próximo movimiento. O lo hace todo a la vez, siempre habrán peces pardillos que piquen en todas partes. Y ahí entras tú. Eres un puto pez que no es que quiera evitar ser pescado, es que intentas comerte todos los putos anzuelos. No sabes por donde van los tiros, así que mejor vas a por todos. Eres idiota.
Deja de convertirnos en una pecera, no queremos quedarnos vacíos, ya la has cagado, pero todo tiene solución. Un poco de aislamiento internacional no nos vendría mal. Dejar que un grupo de personas válidas, EFICIENTES, nos gobiernen durante un año, sólo un año. Que sienten las bases de lo que vendrá después, que alejen a los pescadores, que les hagan ver que es época de veda y han de elegir otro caladero. Seamos un poco egoístas. A Italia le ha ido bien con ello. ¿El primer paso? VETE. Y contigo, toda la ristra de inútiles de la que te has rodeado.
Como siempre, me lío en palabras y más palabras. Volviendo al tema principal, te recuerdo: deja de intentar contentar a todo el mundo. Si tu plan magistral para arreglar las cosas es ese, mal vas. Mal va cualquier persona que lo intente. Si en un grupo de amigos uno siempre le da la razón a todos, les dice que sus opiniones son correctas, que tienen razón, que... En fin, todos hemos conocido a personas así. Esa persona acaba siendo repudiada, por no tener opinión, por dar la imagen de ser alguien que sólo intenta agradar al resto sin ofrecer nada. Y, lo hagan de buena o mala fe, esa es la impronta que quedará de ellos una vez se vean fuera del grupo. Y ese grupo de amigos, seguirá adelante, cohesionado, juntos todos, con sus diferencias, sus rencillas, con sus secretos y bondades. Pero tú estarás fuera. Y, como dije al principio...
¿Quien te defenderá Zapatero? Y añado... ¿Quien se acordará de ti?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario