Creo que estaremos todos de acuerdo en que es un atentado a la dignidad de las mujeres el burka de los cojones. Incluso el pañuelo (como se llame) que apenas sirve para tapar el pelo. Es denigrante.
Pero, al contrario que en otros países, aquí los políticos, de todo color y pelaje, estatales o regionales, utilizan este tema para lograr notoriedad que, de otro modo, no lograrían.
En Francia promulgaron una ley al respecto. Queda prohibido. A quien no le guste, que se largue. En resumen, eso venía a decir esa ley. Todos a una. Senados, congresos, ministros y ministras, presidente, primer ministro. Todos. Desde los radicales de izquierda, hasta los de derechas.
Aquí no. Aquí, empezando por el lugar donde quiere ubicarse dicha ley, es de chiste. Si se quiere prohibir el burka, se está incluyendo en la Ley de libertad religiosa. Mierda, o creía que libertad significaba otra cosa. Veamos que dice la RAE. "Facultad de obrar de una manera u otra, o no hacerlo, porque es responsable de sus actos". No lo he copiado tal cual, pero eso dice la primera acepción. Curioso. Si yo quiero salir a la calle, siendo hombre, con un burka puesto, una vez aprobada esta ley... ¿Qué me dirán? ¿Seré detenido? ¿Incluirá esta ley una excepción en casos como carnaval? Ya me veo a un grupo de amigos (y amigas, claro) disfrazados de fantasmas... Y acaban detenidos por la policía. Sería gracioso leer esa noticia.
Pero sigamos, que tiene miga. La derecha busca el apoyo de esos indecisos entre PP y PSOE, tienen que hacerse notar, y de paso que parezca que ellos también se preocupan por el bienestar social (que no digo que no lo hagan, pero personalmente, como partido... Ninguno se preocupa realmente por la sociedad y sí por sus votos). Y el PSOE dice que tururú, que no se prohibe el burka, que hay que dejar que cada cual elija.
Pero estos son los mismos que meten con calzador la mierda esa de "educación para la ciudadanía" (mierda, mete cultura en tu televisión, es más factible, funcional y económico), son los mismos que sacan los crucifijos de las escuelas (si en un colegio hay crucifijos y un padre no quiere que sus hijos estén ahí... que los inscriban en otro), los mismos que se empeñan en alejarse de la iglesia católica porque la mayoría de su electorado pasa de esa religión. Bueno, esto lo hacían hasta que los inmigrantes empezaron a votar en las generales... Muchos católicos practicantes, vaya, tenemos que hacerles un guiño de tanto en cuando. Visitemos al papa. Seguro que les gusta a nuestros nuevos votantes. No prohibamos el burka, que los musulmanes también votan.
Y lo mejor de esta última frase. Los musulmanes votan. Como lo hacen las musulmanas. Pero estas, si llevan burka, votarán lo que el marido les diga. Aído, tía... ¿No tienes nada que decir al respecto? Te votan MUJERES DENIGRADAS POR SUS FAMILIAS, MARIDOS Y POR TODO CUANTO LES RODEA. Mujeres sin voz ni voto. Bueno, voto tienen, el que el marido diga. Un dos por uno, como en el Carrefour. Y que viva España...
Que vale que queramos ser los más permisivos, los más chachis. Pero o somos igualitarios, o pasamos de todo. Se permite el burka, no se permiten los crucifijos en los colegios que quieran tenerlos. Que cosa tan curiosa. Y ojo, que el otro lado, el lado más oscuro (ya bastante oscuro es el PSOE actual) hace lo contrario... Pero lo mismo. Quiero que no haya burka, pero sí crucifijos.
Pero pongámonos serios por un segundo. O dos. ¿Recordáis la escena de los Simpson (es que no la encuentro en youtube) en la que hay un incendio en la central y Homer ve a todo el mundo como si fuesen payasos? Homer representa lo que es nuestra clase política. Nosotros somos quienes se queman, quienes necesitan una manta, un extintor, algo que apague nuestras ropas antes de que nos quememos. La clase política nos ve como eso, un mero entretenimiento que les sirve para conseguir sus objetivos. En el caso de Homer, reírse un poco.
Personalmente, prohibía toda mención, todo lo relacionado con cualquier religión. Tenemos iglesias, mezquitas, templos de todo tipo, judíos, budistas, sintoístas, evangélicos... Quien quiera religiones, que se las meta en casa y en sus propios templos. Más todavía cuando denigran y/o rebajan a un grupo de sus practicantes o creyentes. A mi no me molesta ver a alguien con un burka puesto, siempre y cuando lo lleve porque le sale de los cojones, el coño o lo que tenga entre las piernas. Pero el burka lo llevan personas que no tienen ni puta idea de nada. Nacieron, fueron cubiertas, vendidas por cuatro cabras (con suerte estaban sanas las cabras) y esclavizadas por su nuevo marido. Hasta que mueran. Y para ellas es lo normal. Manda cojones.
Si hay que prohibir el burka en todos los ámbitos sociales, que ya va siendo hora, que se prohiba de una puta vez. Pero todos a una. Cualquier signo, símbolo religioso, a tomar por culo. Quien quiera religión, que lo elija y practique donde corresponda. Nos prohiben fumar (en breve a mi no me lo prohibirán, por decimoséptima vez, dejo de fumar, veremos cuanto dura esta vez) en casi cualquier lugar, con estos temas lo mismo.
¿Quieres ir como batman por la vida? Ok, no salgas de casa. Quédate ahí encerrada. O iros donde queráis, pero aquí no. Creo acertar al decir que queremos una sociedad libre. Si una mujer lleva burka, que lo lleve porque conoce las demás opciones, porque es libre de elegir y QUIERE llevarlo. Pero que no sea una puta (y) esclava de su marido y de las vertientes más radicales de una religión que, en el fondo, no tiene nada de malo. Lástima de radicalismos.
Pero que no mareen con soplapolleces que les permitan minar el electorado del otro bando, ganar nuevos electores... Aunque, en parte los comprendo. Por lastimoso que sea, un altísimo porcentaje de la población vota al presidente igual que vota al que ha de ganar operación triunfo. Vamos, "parece buena gente". Puto país de incultos. Aunque bueno, en muy pocos país sucede lo contrario. Y, claro, viendo esto, ¿qué va a hacer un político? ¿Y una política (siempre te tengo presente Bibi)? Pues mirarán sus listas elaboradas para conocer el perfil medio del español, acercarse a ello lo más posible y elegir a que otros segmentos de la población quiere conquistar. Lo más patético y vomitivo es que esto no es culpa de ellos, sino de quienes les elegimos.
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