martes, 1 de junio de 2010

Zapatero, hazte alemán


Zapatero, Aído, Blanco, De la Vega, en fin, toda la panda de incompetentes estos. Si acaso salvaremos a Rubalcaba, que aún tiene un pase. El resto de moñas que nos han estado tomando el pelo en votaciones en las que sabían cada uno qué votar para que saliesen adelante unos recortes que han evitado que se haga pública la quiebra española, lo mismo. Todos a la puta calle.

Tenemos en Alemania a un presidente que dimite por decir públicamente que su ejército está en Afganistán para defender los intereses económicos de su país, Alemania. Con dos cojones. Por ambas cosas. Primero por reconocer que manda ahí a su ejército para defender el bolsillo de su país. Segundo por, una vez se da cuenta de que hay cosas que un presidente no debería decir tan a la ligera, sobre todo cuando una y otra vez han defendido que estaban en Afganistán por la paz en la tierra y blablabla, lo dicho, dimitir.

¿Y en España? Aquí jauja. Como ya vimos en una anterior entrada del blog, nos mienten en nuestras caras, incluso desde sus partidos existen voces discordantes, pero ahí están el señor Blanco, la señora Pajín (tranquila Aído, he puesto Blanco por delante porque lo he ordenado alfabéticamente) y demás secuaces para evitar que haga demasiado ruido.

Si echamos la vista atrás, recordaremos como El Ilusionista tuvo la desfachatez de, delante de todos los mandatarios mundiales, decirles que en España no se notaría la crisis, que no había burbuja inmobiliaria, que no llegaríamos a los tres millones de parados (y paro ya que me da la risa tonta). Estos mismos son quienes, los mandatarios, son quienes para proteger sus propios culos, han ocultado la quiebra española. Han evitado que sus países caigan detrás. ¿A que precio? Al precio de tener que seguir aguantando a Zapatero & Co. (incluyo a todos y cada uno de los actuales miembros del Congreso de los Diputados).

Pero no, aquí no se nos cae la cara de vergüenza. Todos juntos, los trescientos y pico personajes del Congreso han deshecho este país. ¿Alguien ha renunciado a su acta de diputado? Ya, paro de nuevo, tengo que limpiar el monitor, tanto reírme no es bueno para la pantalla.

Lo dicho, si buceamos un poco por los recovecos de internet, vemos que cuando El Ilusionista nos hablaba de brotes verdes (sí esos de la comida que se le ha ido pudriendo en la despensa por no comérsela, porque lo que es en mi nevera...), ya se hablaba del rumbo que iba tomando la economía española. A pique iba. Y así ha sido. El agujero y la deuda ya son mayores que en Grecia cuando se le tuvo que ayudar. Pero oiga, que aquí... ¡¡¡NO PASA NADA!!!

Si realmente se quiere arreglar esto, que se busquen a personas competentes, poco importa de que partido vengan, si son políticos o empresarios, si son camareros o graduados por Harvard. Que en cada ministerio que sirve de algo (ya sabemos, Igualdad y Vivienda, a tomar por culo) haya una persona útil, eficaz y, sobre todo, EFICIENTE.

Y que no importe si de entre 16 ministerios, hay 8 coños y 8 pollas, o si son 15 coños y 1 polla, o 3 coños y 12 pollas, ¡¡¡QUE NOS IMPORTA UNA MIERDA!!!. Buscamos cerebros pensantes, no órganos sexuales que están sentados en una silla para cumplir un estúpido cupo, porque la igualdad, la de verdad, no es establecer cupos, sino dar las mismas oportunidades a todos los seres humanos, sean quienes sean. Si una persona es válida, entra. Si no lo es, a la puta calle.

Desgraciadamente, nos quedan dos años más de Zapatero y compañía. Por un lado pienso que es una desgracia, por otro lado, podemos sentirnos orgullosos. No nos lo dirán, pero España va a representar (ya lo está haciendo) una especie de última barrera para contener una crisis galopante que puede dejar a la que ya conocemos como una simple broma de mal gusto.

Nos convertimos, junto a Portugal e Irlanda en una presa para un gran embalse. Y vivimos dentro de él, aunque aún el agua no ha empezado a llegar. Pero llegará e iremos cayendo, algunos nos iremos, otros intentaremos salvar lo que podamos, haremos lo que, como personas, consideremos oportuno, pero hemos de evitar que cuando el agua llegue a la presa, llegue a rebosarla, no puede hacerlo. Como mucho se puede dejar que salga agua, como en cualquier presa, para evitar que se resquebraje y afecte a todos los terrenos río abajo.

En esas estamos. Una especie de última defensa. ¿Qué hacemos? ¿Acojonarnos o echarle dos cojones? Sea lo que sea, no hagamos como los que dicen que saben como gobernar un país, que esos no saben, por ahora, más que echar balones fuera.

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