La lástima es que esté limitada intelectualmente. Además de partida en dos. Se trate el tema que se trate, siempre hay dos Españas. Según el tema abordado, cada cual escoge una chaqueta diferente, pero sólo hay de dos colores. Da lo mismo de lo que hablemos.
Es la máxima de "estás conmigo o contra mi". No señores, hace años que existe la televisión en color, y entre el blanco y el negro, hay toda una amalgama de colores, casi infinitos. Incluso esos colores nacen de los tres colores que hay en las pantallas. Coño, tres, multitud, mejor que dos corrientes de opinión válidas, mejor que sólo dos opciones. Porque en esta vida no sólo existen dos colores. Mira por la ventana y empieza a contar colores. Son muchos, demasiados. Pero cuando se trata de España, seguimos con la televisión en blanco y negro, sólo dos colores.
Si una persona afín a la extrema derecha apuñala a otra persona afín a la extrema izquierda, es un asesinato (es discutible, 50 de extrema izquierda contra 1 de extrema derecha... Yo también me acojonaría y seguramente haría lo mismo) además con agravantes por el tema ideológico. A la sociedad le parece bien ese agravante. Pero, curiosamente, sucede algo similar (afortunadamente no acabó con ningún fallecido) siendo el agresor de extrema izquierda. El agravante ideológico desaparece. Vaya... Que leyes tan especiales tenemos.
Parece que aquí defender a la extrema izquierda es ser un hombre de bien, defender a la extrema derecha es de fascistas de mierda. Que sí, lo son. Como los otros son unos putos hipócritas al defender a la izquierda, según dicen, pero rechazan la presencia de inmigrantes. Curioso cuanto menos.
En España se ataca, crucifica y desprecia la época del franquismo. Me parece correcto. Se sale a la calle con banderas republicanas con cualquier excusa. Franco malo, República buena. Quizá deberían informarse un poco acerca de como fue aquella II República. Una tiranía de la izquierda, total y absoluta, con una pequeña excepción en la que gobernó la derecha. O cuando decidieron ponerse a matar y empalar a los religiosos. Bueno, no a todos, pero a una parte sí. Que sí, que la iglesia sobra en este país (en todos), pero de ahí a asesinarles, empalarles... Hay un trecho. Igual que se desprecia la dictadura de derechas que se sufrió en el pasado, deberían despreciarse los años anteriores a la Guerra Civil Española. Fue una dictadura de izquierdas, aunque bien encubierta.
De deportes, mejor hablamos poco. Barcelona y Madrid (alfabéticamente ordenados), el resto no existe.
Un país en el que cuando piensas algo distinto, recibes hostias a diestro y siniestro por no seguir a una de las borregadas que existen. Aunque, pienses lo que pienses, siempre estará mal. Hay otro lado. Opuesto al tuyo. Borreguismo a raudales.
Parece no tener fin esta corriente bicéfala. Si vives en Cataluña y no abogas por la independencia de dicha comunidad, eres un castellano. Pero ese mismo "castellano", ve a los pro-independencia como radicales o fundamentalistas. Y en medio no hay nadie para poner un poco de orden en tal desbarajuste ideológico. No hay alguien que diga, "venga, sentémonos y veamos como podemos hacerlo y salir todos beneficiados". ¿Para qué? Aquí, "to' pa mi y a ti que te den", da igual si eres catalán, euskera, extremeño o manchego. A fin de cuentas, todos funcionamos como españoles que somos. Egoístas, intransigentes con quien no piensa como nosotros, sin pensar en los demás, sin ver más allá del propio ombligo de nuestros intereses... Da lo mismo, se clona el modus operandi.
Y es que la pandereta es un instrumento que nos sirve a todos.
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