viernes, 14 de mayo de 2010

Nadie muere virgen, a todos nos joden antes o después

Nuestro amigo el ilusionista nos permite descubrir, cada hora que pasa, más y más trucos.

Su nuevo truco de magia es la de escudarse en que Sarkozy (mira que está en todos los lados este tío) amenazó con abandonar el euro si no se tomaban las medidas oportunas. Claro, un país que gracias al euro se beneficia año a año, un país que recibe más beneficio que pérdidas con el euro, va y abandona el euro. Y Zapatero se lo ha creído. Este tío es gilipollas, y como diría Bono (el manchego) integral.

Mientras tanto, el pequeño parisino, sigue poniendo los cojones sobre la mesa y decidiendo el futuro de Europa. La Merkel también, aunque ella lo hace figuradamente, claro. Espero que lo de Sarkozy sea también figurado, aunque sería gracioso verle con los pantalones bajados y el pito al aire.

Lo triste de este asunto es que parece creerse su propia sarta de mentiras. Aunque siempre está a tiempo de retractarse y, ya sabemos, donde dije digo... Un As de la manipulación. Y ya lo dije ayer. Seis meses antes de las próximas elecciones, si tiene intención de presentarse de nuevo, empezará a prometer las mismas ayudas que hoy niega, volverá a prometer aquello del pleno empleo (ponte un poco de música circense antes de seguir leyendo), que si ya no hay crisis, ahora son brotes verdes...

Vaya, ¿recuerdas esos brotes verdes? ¿Cómo puede ser que hace unos meses, este crack de la economía y gestión dijese que existían brotes verdes y ahora recorte por todas partes? Es raro este. ¿Era otro truco de magia?

¿Imaginas que...? Mierda, mira que es complicado encontrar un ejemplo para esto. ¿Cómo puede ser que algo mejora, pero en vez de actuar en consecuencia con dicha mejora, actúas como si empeorase? Y además, pagándolo con quienes menos culpa tienen y que son, además, quienes representan los cimientos de un país. Sus funcionarios.

Esto me recuerda a un caso real que leí, a modo de fábula, hace unos años.

Hace unos años, la empresa Homiga S.A. tenía problemas financieros. Esta empresa de 1.500 empleados, empezaba a tener pérdidas, por lo que los 6 directivos se reunieron y decidieron arrancarle una pata a la hormiga. Despidieron a 200 empleados. Por un tiempo, todo fue bien, crecieron los ingresos netos, los directivos se contentaron al ver como su decisión fue la acertada. Pero un año después, despuntaba una nueva crisis en Hormiga S.A. Se volvió a reunir el consejo de dirección.

Tras analizar todos los datos, tuvieron clara la solución. Le arrancaron otra pata a la hormiga despidiendo a otros 200 empleados. Y dio resultados. El regocijo entre la directiva era inigualable, los accionistas les aplaudían y agradecían su buena gestión.

Pero volvió a asomar la crisis, una vez, dos, tres... ¿Sabes que hicieron cada vez? Arrancar otra pata. Y la hormiga ya no podía apenas caminar.

Cuando a la hormiga, cuando ya sólo le quedaba una pata y 300 empleados, la directiva decidió llamar a un especialista en resolución de crisis, una persona preparada y que se dedicaba a esa labor. Llegó este especialista y tras analizar los datos de los últimos años convocó a una reunión a la junta directiva.

Lo que les dijo les dejó desconcertados.

"Señores directivos de Hormiga S.A., para solucionar esta situación, sólo hay que despedir a seis personas".

¿Imaginas a que seis personas había que despedir? Esta es una historia real contada a modo de fábula. Esos seis directivos fueron despedidos por la empresa y en el momento de contar esta historia originalmente (allá el año 2.000), esta empresa tenía de nuevo 800 empleados. Pasó de 300 a 800 en sólo tres años. Y lo consiguieron despidiendo a 6 empleados. Aunque por el camino, se follaron a 1.200 empleados que no tenían culpa de nada (al menos no todos ellos). Quizá debiésemos pedir lo mismo en este país.

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